Aunque muchos vivimos en espacios que no se prestan para desarrollar un jardín como tal, debemos tener un as bajo la manga que nos permita desarrollarnos en el arte de la jardinería. Cultivar es terapéutico, ¡anímate!

Si eres de aquellos que vive en una casa con patio delantero y trasero, siéntete afortunado; de lo contrario, apela a un plan B que te permita ejercer la jardinería.

 Es importante saber aprovechar las áreas que nos permitan sembrar, pues los jardines nos prodigan paz y armonía. Podemos empezar en un patio común, en el techo, en la pared, en una jardinera, en la casa de un familiar o amigo, o hasta en el parque…

 Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Qué debemos tener en cuenta? He aquí un pequeña guía de cómo lograrlo.

¡A medir!

Con cinta métrica en mano, debemos medir –largo por ancho- el espacio que le queremos conferir a nuestro jardín. Su tamaño final lo determinará el tipo de jardín que vayamos a tener: con plantas tipo jardinera, con espacios para caminar y socializar, o combinado con diversas áreas dentro de la casa (terrazas, jardineras o gazebos).

Zonifiquemos

Cuando ya tengamos las medidas establecidas, procederemos a zonificar el metraje para crear la estrategia de lo que queramos sembrar; así destinaremos los espacios más grandes para sembrar árboles, el área que tenga más sol en la mañana para plantas de sol, y así sucesivamente… Si contamos con piscinas o áreas de niños, las plantas que estén en esta zona no deberán tener espinas u hojas cortantes. Si se quiere sembrar en maceteros para colocarlos a lo interno de la casa, existen plantas de sombra que con solo recibir luz, pueden estar bonitas y ser parte de nuestra decoración.

A seguidas, dibujaremos las áreas que compondrán nuestro jardín; así, cuando visitemos el vivero, tendremos una idea más clara de cada espacio y de sus características, para comprar las especies atinadamente. En el caso de la grama, debemos pensar en el nivel de tránsito que habrá sobre esta; mientras que si el área del jardín conecta dos espacios, podemos jugar colocando baldosas, piedras o piso para que las plantas y el césped no se maltraten.

Puntuales como un reloj

Si deseas mantener tu jardín en óptimas condiciones, has de ser disciplinado en el regado de tus plantas, sea temprano en la mañana o sea en la tarde -dependerá del tipo de especies que tengas, el hacerlo diaria o interdiariamente-. Abonar, cortar la grama, tener agua cerca para mantener todo limpio y ordenado, también forma parte de la rutina que deberás adoptar.

Otra forma inteligente de sacar adelante un espacio ajardinado, consiste en agrupar tus plantas por zonas, según la similitud de sus necesidades; de ese modo puedes crear un horario y obtener un jardín hermoso en pocos pasos.

Es igualmente importante prever el mantenimiento que necesitará: alto, medio o bajo. De optar por el menor nivel de mantenimiento, evita los setos y borduras formales que exigen entre 2 y 5 recortes por año; siembra menos césped y menos macizos con flores, y elige más plantas autóctonas y arbustivas para tu jardí,

¿Y los elementos decorativos?

Estos dependerán del tipo de jardín que tengamos: si se trata de uno con una gran extensión de tierra o si está en un área compartida; si se encuentra a lo interno del hogar o si se ubica en el exterior.

Con las medidas también podemos adquirir algunos elementos que nos ayuden a crear un área atractiva. Si el jardín es pequeño, se pueden utilizar jardineras, macetas y pequeñas plantas; maceteros, tanto decorados como aéreos que se pueden colocar en paredes, rejas y verjas; piedras, cuyo tamaño será proporcional al de las plantas circundantes; gravillas y hasta luces.

En el caso de jardines amplios, los recursos pueden llegar a abarcar: caminos, verjas, bancos, faroles, arcos, esculturas, fuentes y hasta peces o aves.

Para los gustos, las especies

Cuando tengamos claras las medidas, las zonas y las características de cada área del jardín, podemos pensar en las plantas a sembrar. Árboles, palmeras, arbustos, trepadoras, rosales, vivaces, bulbosas, anuales, aromáticas, cactus y suculentas; acuáticas, hortalizas y frutales… Todo depende de nuestros gustos. Lo que siempre tenemos que tomar en cuenta son las necesidades de cada planta: si son de sombra, frío o calor, o si necesitan mucha agua, cada cuánto tiempo florecen…

¿Cuánto tengo que gastar?

Lo bueno de las plantas es que se reproducen fácilmente y que en el mercado las hay hermosas y a un precio asequible. También existen semillas que se venden en sobres o que están en frutos que consumimos cotidianamente, como los tomates, las naranjas o las sandías, entre otros. 

Si deseas crear un jardín instantáneo, la inversión es mayor porque debes adquirir las plantas ya florecidas. Ahora bien, si lo que deseas es cultivar y hacerlo como un hobby, con amor y paciencia pronto verás los resultados.

Diseñando el jardín…

Este es el último paso, donde tenemos todos los elementos: las zonas, las especies y los detalles decorativos. A partir de ahí, todo depende de nuestro estilo.

Sin embargo, según los colores y los tipos de plantas a sembrar, los estilos de los jardines se pueden categorizar en:

• Jardín clásico-formal, con flores y árboles de la zona.

• Jardín zen, con toques orientales (priman elementos como el bambú, la arena, las piedras, el agua…).

• Jardín desierto, con elementos resistentes al sol (como los cactus y las piedras). No se recomiendan si hay niños alrededor, por aquello de las espinas de las plantas.

• Jardín tropical, con palmeras, palmas, uvas de playa; y una combinación de arena, agua y calor.

• Jardín exótico, con plantas poco comunes, con elementos de luz y metálicos, entre otros.

• Jardín acuático, con especies marinas (como la flor de loto) y en combinación con los ecosistemas de peces y plantas.

Temas: Decoración, Hogar, Jardín

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