• Las edificaciones ya no son un mero cascaron de concreto, acero y vidrio. Hoy en día pueden tomar decisiones.

Un edificio inteligente es aquel que está dotado de un sistema de control computarizado que pretende optimar ciertas funciones inherentes a la operativa y administración del mismo.

Cada vez con mayor frecuencia oímos hablar ellos. Esto significa que las oficinas, fábricas, centros comerciales y otras edificaciones ya no son un mero cascaron de concreto, acero y vidrio: hoy en día este tipo de infraestructuras puede tomar decisiones. Es como un edificio con vida propia, con cerebro, sentidos, músculos, nervios.

En cuanto a su diseño, es fundamental que esté provisto de una adecuada infraestructura de comunicaciones y que dicha comunicación sea segura y fluida. En un edificio inteligente, las luces se encienden y apagan solas, la temperatura es siempre la adecuada, se ahorra energía, se detecta a los intrusos y a los incendios, se abren y cierran puertas y persianas de forma automática.

Un edificio inteligente te habla y a veces permite que tú le hables también. Nunca se duerme, siempre está pendiente de sus condiciones de funcionamiento y avisa de cualquier anomalía al personal de mantenimiento.

El término de “inteligente” puede adaptarse si tomamos en cuenta que en un edificio se instalan kilómetros de cables para los sistemas de cómputo, telecomunicaciones, control y seguridad, funcionando de forma similar al sistema nervioso del ser humano. Los sensores de humo, gases, y temperaturas, podrían ser los sentidos; la computadora que procesa la información, el cerebro.A

Una de las “cualidades” del edificio inteligente es su reacción ante una posible falla, tomando inmediatamente las medidas correctivas, las cuales almacenadas en un programa de computadora.

Por ejemplo: en caso de suscitarse un conato de incendio; la computadora lo detectará a través de un sensor desde el inicio de la combustión, inmediatamente alertará al área responsable, quien podrá visualizar en la misma computadora la localización exacta de este conato. Si se actúa con eficiencia se evitará el incendio, pero si este ocurriera, los bomberos estarán por llegar, ya que la computadora se habrá comunicado con la central de bomberos desde que se detectó el conato.

Mientras, el mismo edificio accionará las salidas de emergencia, instruirá a los empleados en lo que deberán hacer, ya sea a través del voceo de emergencia o una grabación; el sistema de extractores automáticos de humo que entrará en operación; los elevadores serán enviados a planta baja. Por supuesto, todo esto dependerá de las instrucciones que con antelación o en el momento se le den al sistema de control.

Pero un edificio inteligente no solo reacciona ante las emergencias. Sus sistemas de control y vigilancia se encuentran en funcionamiento durante las 24 horas del día, los 365 días del año, verificando el alumbrado, la calefacción, la ventilación. Se encargará de asegurar el confort de las personas que trabajan dentro del edificio durante el día, y durante la noche se pondrán en modo reserva, para un gran ahorro en la energía. A todo esto le sumamos, que proporcionará todos aquellos elementos de carácter tecnológico para apoyar la productividad de los empleados.

Las características fundamentales que debemos encontrar en un sistema inteligente son:

  1. Capacidad para integrar todos los sistemas.
  2. Que actúe con condiciones varias, ligadas o no entre sí.
  3. Que tenga memoria.
  4. Que tenga noción temporal.
  5. Que se comunique agradablemente con el usuario.
  6. Que sea sencillamente modificable.
  7. Que disponga de capacidad de autocorrección.

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