Si te encantan los espacios llenos de vida, energía y buena vibra, decorar con los colores del arcoíris es una forma maravillosa de transformar cualquier ambiente. Esta paleta, tan alegre como versátil, te permite jugar, combinar y crear composiciones llenas de personalidad. Aquí te dejo algunos tips para lograrlo:

Para lograr un efecto armónico, organiza los tonos en este orden clásico: rojo, naranja, amarillo, verde, cian, azul y morado. Puedes comenzar en cualquiera de los extremos según la energía que quieras transmitir.
No tienes que pintar toda la habitación. Puedes incorporar el arcoíris en:
Los detalles hacen la magia.

Juega con composiciones cuadradas, circulares, abstractas o punteadas. La idea es integrar color sin limitarte a la figura tradicional del arco.
Si buscas un look más delicado, romántico o contemporáneo, los arcoíris pasteles crean ambientes suaves, chic y encantadores.

Una idea ingeniosa es organizar o forrar tus libros por color. Además de ser divertido, se convierte en un punto focal espectacular.
Puedes incorporar cerámicas, vajillas, recipientes y textiles en distintos tonos del arcoíris. También los vinilos decorativos son ideales para renovar sin grandes cambios.

Para los niños, puedes incluir detalles inspirados en historias de fantasía: duendes, hadas, ponys o elementos asociados a los arcoíris.
Si te gusta dibujar o pintar, decora con lápices de colores, marcadores o pinceles organizados por tonos. Aportan belleza y, al mismo tiempo, inspiran creatividad.

Con cariño,
Carolina