Así impactó el distanciamiento social en el diseño de interiores en 2019 y cómo evoluciona en la actualidad
En 2019, con la llegada del COVID-19, ciudades, edificios y espacios públicos fueron transformados para responder a una necesidad urgente: proteger la salud a través del distanciamiento social. Este suceso marcó un antes y un después en el diseño interior, impulsando cambios rápidos en viviendas, oficinas, escuelas, restaurantes y comercios, donde la prioridad era garantizar seguridad, higiene y circulación adecuada.
Esa etapa dejó aprendizajes que hoy siguen influyendo en la forma en que diseñamos y utilizamos los espacios. Ya no se trata solo de pandemia, sino de una nueva conciencia colectiva sobre el valor de la salud, la prevención y el bienestar en el ambiente construido.
Lo que se hacía en 2019
Vinilos de distanciamiento: Señalizaciones en el piso para orientar filas y flujos de personas.
Sillas separadas en áreas de espera: Mobiliario redistribuido para mantener espacio seguro.
Mesas con aforo limitado: Reducción de sillas y marcación de puestos permitidos.
Ventilación natural obligatoria: Mantener puertas y ventanas abiertas siempre que era posible.
Mobiliario simple: Superficies lisas y rectas para facilitar la limpieza.
Asientos tipo cubo: Solución práctica para mantener distancias entre personas.
Alfombras descontaminantes: Ubicadas en entradas y salidas.
Dispensadores de gel: Colocados en puntos estratégicos.
Señalización desde el techo: Uso de luminarias y elementos verticales para guiar sin ocupar espacio.
Opciones contemporáneas para el presente
Hoy ya no vivimos en confinamiento, pero sí en una sociedad más consciente, responsable y preparada. El diseño actual integra prácticas saludables de manera natural, estética y funcional.
1. Mayor conciencia en la salud diaria
Uso de mascarillas en resfriados: Sin obligación social, pero cada vez más aceptado como signo de protección y respeto hacia los demás.
Cubrirse adecuadamente al toser o estornudar: Comportamientos que se integran en escuelas, oficinas y espacios públicos.
Cultura preventiva: Las personas entienden mejor la importancia de no asistir enfermas a lugares cerrados.
2. Gel antibacterial como parte del diseño
Dispensadores elegantes y discretos en escuelas, restaurantes, tiendas y edificios.
Puntos de higiene integrados a la entrada, pero también dentro del espacio, en zonas de alto contacto.
3. Espacios más seguros en restaurantes y lugares concurridos
Mayor espacio entre las mesas para mejorar el confort y evitar el hacinamiento.
Pasillos más anchos para permitir circulación fluida.
Mejor ventilación e iluminación para crear ambientes saludables.
4. Diseño biofílico contemporáneo
Más plantas, materiales naturales y sistemas de ventilación cruzada para que los espacios sean más frescos, saludables y emocionalmente equilibrados.
5. Tecnología sin contacto
Puertas automáticas, grifos con sensores, dispensadores inteligentes y sistemas que reducen el contacto físico.
6. Purificación del aire
Sistemas con filtros avanzados discretamente integrados al diseño; algunos muestran la calidad del aire en tiempo real.
7. Materiales contemporáneos antibacteriales
Pinturas lavables, superficies resistentes, textiles fáciles de limpiar sin perder estética.
8. Mobiliario modular y adaptable
Piezas que permiten reorganizar espacios según el número de personas, temporadas o necesidades especiales.
9. Diseño emocional y funcionalidad
Colores suaves, iluminación cálida y texturas acogedoras que promueven bienestar mientras mantienen funcionalidad y orden.