Una de las formas más lindas de agradecer a papá por todo lo que hace es crear un espacio pensado especialmente para él. Un rincón donde pueda relajarse, disfrutar sus pasatiempos y sentirse, por fin, dueño de su propio tiempo.
El primer paso es elegir un espacio que invite a la calma. Busca una habitación o rincón tranquilo, con buena ventilación y privacidad. Evita zonas de paso o con mucho ruido: este será su refugio, un lugar solo para él.


No necesitas grandes gastos para hacerlo realidad. Revisa qué muebles tienes en casa que puedas reutilizar o transformar.
También puedes explorar tiendas de segunda mano o aprovechar las ofertas que suelen aparecer en fechas especiales para papá.


Cada detalle debe reflejar su personalidad. Piensa en sus gustos: deportes, música, cine, lectura, hobbies o viajes.
Elige texturas y colores que lo representen: tonos neutros como blanco, negro, gris o marrón, combinados con acentos que reflejen su energía, como azul marino, verde oliva o un toque metálico.


Haz una lista de lo que a papá le gustaría hacer en su espacio:
Compartir con amigos: un mini bar o kitchenette con una pequeña nevera, repisas para copas y utensilios será el toque perfecto.


El alma del diseño está en los detalles. Incluye sus fotos favoritas, trofeos, gorras, recuerdos de viajes o pósters de sus películas y equipos preferidos. Juega con materiales naturales y figuras geométricas simples para mantener el espacio ordenado, masculino y funcional.
Y recuerda: menos es más. Cada elemento debe tener su lugar.


Más que un cuarto de juegos, este espacio es un gesto de amor.
Es una forma de recordarle que también merece descansar, reír y reconectarse con lo que lo hace feliz.
Un lugar que refleje quién es y todo lo que representa: fuerza, cariño y equilibrio.

Porque papá también necesita su propio refugio.
Con cariño,
Carolina García